jueves, 28 de febrero de 2008

Almafuerte


Pedro Bonifacio Palacios nació en la localidad de San Justo, provincia de Buenos Aires, el 13 de mayo de 1854. Su madre murió cuando tenía 5 años y tiempo después su padre lo abandonó, sus familiares debieron hacerse cargo de la crianza del pequeño. Su educación fue muy dificultosa ya que su familia era extremadamente humilde, solo logró asistir a la escuela primaria.
Deseaba estudiar pintura en Europa pero una beca que nunca llegó hizo que Palacios permaneciera en Argentina y comenzara a trabajar como docente con solo 16 años y sin título habilitante en una escuela de Chacabuco. También ejerció la docencia durante la presidencia de Sarmiento pero sus escritos en contra del gobierno causaron su despido. Años después se traslada a la ciudad de La Plata donde muere un día como hoy pero de 1917 a los 62 años de edad.
Aunque hoy lo recordamos principalmente por sus obras literarias, Almafuerte, el seudónimo con el que Pedro se hizo conocido como escritor, trabajó como bibliotecario, traductor, docente y periodista. Ocupó el puesto de prosecretario de la Cámara de Diputados bonaerense y meses más tarde el de bibliotecario de la Dirección de estadísticas. Luego llegaría a los diarios Buenos Aires y El pueblo, donde desarrolló su actividad periodística.
Sus obras más destacadas son: Lamentaciones, de 1906; Evangélicas (1918); Poesías (también de 1918) y Discursos de 1919. Lamentablemente gran parte de su obra se ha perdido por la decidía de las autoridades de turno que no se preocuparon por conservar e imprimir la obra de Pedro Palacios. El material que sobrevivió al paso del tiempo se encuentra en el Museo Almafuerte, que funciona en la calle 66 entre 5 y 6 de la ciudad de La Plata, en la casa que el poeta habitó durante los últimos años de su vida.
Como homenaje: una de sus obras más famosas. Los invito a descubrir la obra de Almafuerte a 91 años de su fallecimiento.
¡AVANTI!
Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el rencor de las afrentas
se formaron los santos y las santas.
Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que se mellan los garfios de la suerte...
¡Todos los incurables tienen cura
cinco segundos antes de su muerte!

3 comentarios:

María Marta Bruno dijo...

Silvana, qué gusto me da tu blog... llegué hasta aquí por En Diagonal...
Almafuerte es una de mis debilidades... me gusta mucho, me representa mucho. "Avanti" es un soneto, forma poética que admiro por lo dificultoso de su construcción. El resto de los "Siete sonetos medicinales" también es genial... Finalmente, todos los incurables tienen cura, cinco segundos antes de la muerte!
Serás bienvenida en mis VACAS ENCONTRADAS (WWW.vacasencontradas.blogspot.com)
Un abrazo

Anónimo dijo...

Silvana, te comento algo que puede ser de interes; en 1917 el día de la muerte de Almafuerte la Municipalidad impuso a la calle 43 su nombre. Puede verse la placa de homenaje en 43 esq.1 que esperemos sienpre se preserve.

Silvana dijo...

Gracias por tu comentario. La información que aportas es de gran utilidad.
saludos
Silvana

-El blog de la Cultura Platense-